Alguna vez comentamos aquí "Secretaries of the Moon", el libro en que Beverly Coyle reunió las cartas entre Wallace Stevens y el crítico cubano José Rodríguez Feo. Así se identificaban aquellos pensadores de la poesía, el de Pennsylvania y el de La Habana.
No hace mucho, en los días que conmemoramos el centenario de Eliseo Diego en El Colegio de México, volví a constatar el gusto del poeta mexicano David Huerta, recientemente fallecido, por la obra de Stevens. Lo anoté aquí, a propósito de su cuaderno After Auden (2018), que cierra justamente con el magnífico "Hacia Wallace Stevens".
Ahora, como adiós al poeta admirado, vuelvo a darle la razón: no hacen falta "secretarios de la luna" para seguir conversando con quien escribió "Canciones de la vida común":
Para comunicarse con un muerto
no hace falta persuadir al Secretario de la Luna.
Hélo ahí. Duérmete. Una voz
se desprende, con lento paso de luciérnaga,
desde el techo insomne
de tu cuarto en la sombra.
Él te toca los labios. Tienes hambre.
Come de esas palabras.
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