Libros del crepúsculo
miércoles, 11 de septiembre de 2019
Miembros del Presidium de Honor del PCM en 1947
La vocación espiritista de la izquierda latinoamericana, ese deseo de vivificar a muertos fundacionales por medio de la liturgia ideológica, generalmente se atribuye a la corriente populista. Los historiadores Ottmar Ette para el caso de José Martí en Cuba y Elías Pino Iturrieta para el de Simón Bolívar en Venezuela han documentado ese hábito, que arraiga, por cierto, no sólo en el autoritarismo de izquierda sino también en el de derecha.
Pero hay antecedentes importantes de espiritismo de izquierda en la tradición comunista latinoamericana. De acuerdo con los documentos del Partido Comunista Mexicano, compilados hace algunos años por Elvira Concheiro y Carlos Payán, en el X Congreso de esa organización, en 1947, se declararon miembros de honor a muertos y vivos como Marx, Engels, Lenin y Stalin, por un lado, y Mao Tse Tung, Jorge Dimitrov, Bros Tito, Maurice Thorez, Palmiro Togliatti y William Z. Foster, el sucesor de Earl Browder en el comunismo estadounidense, por el otro.
Del lado latinoamericano estaban sentados, en aquel presidium, Don Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos, Benito Juárez, Emiliano Zapata, Ricardo Flores Magón y Julio Antonio Mella, junto con Blas Roca, Luis Carlos Prestes, Victorio Codovilla, Dolores Ibarruri y Elías Lafferte, dirigentes de los partidos comunistas de Cuba, Brasil, Argentina, España y Chile. Se observa aquí que los comunistas mexicanos compartían con el nacionalismo revolucionario hegemónico la apropiación del legado de héroes republicanos y liberales del siglo XIX y de líderes agraristas y anarquistas del siglo XX, que poco o nada tenían que ver con su ideología estalinista.
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