Libros del crepúsculo
domingo, 9 de julio de 2017
Jean Echenoz retrata a Kim Jong-un
La última novela de Jean Echenoz, Enviada especial (Anagrama, 2017) es como si se hubiera metido a Quentin Tarantino y John Le Carré en una licuadora. El resultado es un cocktail hilarante, en el que unos decadentes músicos del infumable pop francés de los 70, se ven envueltos en una operación de desestabilización de Corea del Norte, luego de dedicarse a todo tipo de oficios, incluidos los de asaltantes de bancos, secuestros, sexo carcelario y asesinatos a sueldo. Uno de los mejores momentos de la novela es cuando Echenoz capta la entrada en escena del líder norcoreano en algún palacete comunista de Pyongyang:
"Al anochecer, antes del banquete, el líder supremo en persona apareció al son de la canción "Du même pas", escrita en su honor por el compositor Ri Jong-o, que suscitó al instante una profunda y unánime reverencia. Rollizo y barrigudo, gruesa cara rubicunda oval homotética con un grueso busto oval -huevo de pata sobre huevo de avestruz sin conexión que los una- avanzaba con aire obcecado, afectado, compensando su breve estatura, como su querido líder padre, con espesas calzas sobre las que caminaba balanceando los brazos lejos del cuerpo. Constance se enteraría más adelante de que cultivaba su parecido con su abuelo líder eterno, reproduciendo sus gestos, su andar, sus mímicas, sus trajes y su corte de pelo rasurado en las sienes, esponjado detrás con la raya al medio. Se murmuraba incluso, pero tantas cosas de murmuran bajo el cielo, que no menos de seis intervenciones quirúrgicas habían acentuado ese mimetismo".
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