El suplemento literario mexicano La Jornada Semanal del periódico La Jornada, acaso el medio impreso de este país mejor relacionado con las instituciones oficiales de la cultura cubana, dedica su último número a la nueva narrativa de la isla. El título del dossier es "Cuba cuenta" y el subtítulo "Los nuevos narradores de la isla", por lo que, de entrada, se parte de la falsa premisa, abandonada por la crítica más o menos seria, de que literatura cubana es únicamente la producida en la isla.
Entre los "nuevos narradores" que propone La Jornada Semanal nos encontramos a Julio Travieso, nacido en 1940, quien en el comentario del crítico José Ángel Leyva aparece como un escritor que aunque "no goza del éxito internacional de un autor como Leonardo Padura, que ha pegado un jonrón con su novela El hombre que amaba los perros", también ha escrito "novelas históricas de largo aliento", como El polvo y el oro, que "desemboca en el conflicto del acoso exterior y las fallas internas".
Otra "nueva narradora" es Iris Dávila (1918-2008), quien, según el crítico Gustavo Ogarrio, narra en su cuento "Crepuscular" "la contemplación estupefacta y epifánica que una mujer tiene de una columna gallarda, hermosa". Otra más, Esther Díaz Lanillo (1934), que en su relato "La tía", según el mismo crítico, propone un "espejo aterrador de la vejez y de la encarnación de los años ajenos que se vuelven propios de la tía y su muerte duplicada en la narradora".
Los más jóvenes narradores cubanos que se comentan en el ensayo de Ana Fernanda Aguilar Alatorre, el menos malo del dossier, son Pedro de Jesús, Ena Lucía Portela, Ronaldo Menéndez y Wendy Guerra. Todos, nacidos alrededor del 70 y, por tanto, bastante mayores de 40 años. La única manera de entender esa visión de la nueva narrativa cubana es como resultado de la rigurosa exclusión de la más reciente generación de novelistas y cuentistas de la isla y de la mayor parte de los narradores de la diáspora en las dos últimas décadas. No se trata en este caso, como en otras muestras de la literatura cubana en medios iberoamericanos, de una visión controlada por el mercado, ya que se citan a varios autores que no publican en las grandes editoras de la lengua.
A escritores incómodos para el poder como Antonio José Ponte y Ángel Santiesteban los mencionan, por cierto, dentro de una lista incongruente, pero no se puede inventariar la narrativa cubana en lo poco que va del siglo XXI sin distinguir autores como Rolando Sánchez Mejías, José Manuel Prieto, Gerardo Fernández Fe, Carlos Alberto Aguilera, Raúl Aguiar, Jorge Enrique Lage, Ahmel Echevarría Peré, Osdany Morales, Legna Rodríguez Iglesias, Jamila Medina o Raúl Flores Iriarte. La visión de la "nueva narrativa cubana" que trasmite La Jornada Semanal no rebasa una imagen incompleta de los "novísimos" de los 90: deja fuera al grupo Diáspora(s) y a la novela, la noveleta y el cuento de la generación del 2000.
Es difícil pero no imposible acceder a esa literatura, sobre todo, desde México. Basta con conectarse a los portales de Hypermedia o Bokeh, además de revisar los catálogos cubanos de editoriales como Anagrama, Mondadori, Aldus o Siruela. De hecho, desde fines del año pasado circula en México un número de la revista Istor, de la División de Historia del CIDE, donde Walfrido Dorta, Carlos Alberto Aguilera, Jorge Enrique Lage y Ahmel Echevarría reconstruyen un mapa más completo de la narrativa contemporánea de la isla y la diáspora. Tal vez, para La Jornada Semanal, se trate precisamente de lo contrario: reproducir una visión desactualizada y mutilada de la literatura cubana actual.
No me sorprendería para nada que lo de la La Jornada Semanal sea una respuesta al número de Istor. Así operan, querido Rafa... J
ResponderEliminarNo esta Angel Guerra colaborando para La Jornada y segun su bio de Cubadbate, residiendo en Mexico? Pudiera venir por ahi, de el o a traves de el.
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