Libros del crepúsculo

Libros del crepúsculo

martes, 15 de abril de 2014

¿Callar o calar?




La poeta cubana Legna Rodríguez Iglesias, nacida en Camagüey en 1984, ha publicado recientemente en la colección Limón Partido, de la editorial Literal, del barrio de Coyoacán, en la ciudad de México, un poemario titulado Chicle (ahora es cuando), que vale la pena leer. Hemos leído varios poemas de Rodríguez y una nota sobre los mismos de Javier L. Mora, en Diario de Cuba, y su poesía, como la de otros poetas de su generación, estudiados por Yoandy Cabrera, Jamila Medina y Lizabel Mónica, asume deliberadamente un tono y una gramática volcados a lo personal, de inmersión en su propio cuerpo.
Muchos de sus poemas comienzan con verbos en primera persona del singular (“Llego a este lugar…”, “Sé que hice un viaje…”, “Cálmate, me digo…”, “Quería hacer un ejercicio poético…”, “Los collares que me pongo…”, “Rompí el cristal…”, “Cultivaré picazón…”) Entradas a la significación que nos colocan frente a una trama personal y corporal que, sin embargo, no proviene de un sujeto que se imagina aislado o que articula un discurso sobre la soledad o el extrañamiento en los trópicos, tan común en la poesía cubana desde Julián del Casal.
De lo que nos habla Rodríguez es de una persona y un cuerpo, únicos, pero globalmente conectados.  Un “sujeto desubicado”, que escucha abejas y grillos, que viaja y mastica chicles. Una escritora de poemas en su laptop, pecosa y con tatuajes, integrada al mercado global, que pulsa “enter” y “escape”, “F1” y “Ctrl Fin”, que sufre el dilema de comprar blusas y sayas 32A o 32B, L o M/L. Una poeta que, como otras de su edad en cualquier ciudad de Cuba o el mundo, es demasiado consciente de sus coordenadas generacionales.
Uno de los pocos poemas de este cuaderno, no escrito en primera persona, describe una división del mundo entre un “ustedes” y un “nosotros”, que difícilmente podría entenderse al margen del eje generacional. Poemas como éste nos persuaden de lo absurdo y lo ilusorio –por no decir lo castrante- que puede ser cualquier aproximación crítica a estos escritores cubanos que intente abandonar o disminuir la identidad generacional de sus autorías:

Ustedes cierran la verja
cuando nosotros llegamos
inesperadamente
porque ustedes creen que no existe
aquello que nosotros creemos que sí existe.
ustedes matan los cachorros
que nosotros parimos
por la boca
porque ustedes creen que no pueden ser
aquellos que nosotros creemos que sí pueden ser
aunque no pueda ser.
ustedes queman los libros
que nosotros leemos
sin parar
porque ustedes creen que una cosa
sustituye la otra.
ustedes se van quedando
boquiabiertos
mientras nosotros comenzamos
a masticar el chicle.

Como otros escritores de su generación, Legna Rodríguez es una poeta en la era digital que, sin embargo, no puede vivir sin libros. Quiere escribir libros leyendo libros. Ha escrito media docena de cuadernos de poesía, novelas y cuentos –Dos uno cero (2012), Mayonesa bien brillante (2012), Chupar la piedra (2013), son algunos de sus títulos- y ya imagina el día en que llegará al poema número mil. Una poeta que ha ligado vida y escritura, como algunos de sus más célebres antecesores en la isla o el exilio, porque, ante la alternativa entre “callar” y “calar”, su elección es clara:


… dos opciones para el torpe sujeto
que no sabe donde meterse:
callar
o calar
¿y qué es lo que hicimos hasta ahora
si no fue callar?
por tanto
sujeto trastornado
sujeto imbécil.
    

5 comentarios:

  1. no podrá vivir sin libros, pero a juzgar por lo que escribe parece que ha estado mucho más atenta a su lap top que a leer buena poesía.
    la poesía que ella escribe parece destinada ad hoc a lecturas como la que aquí ejerce rojas, que considera al texto como síntoma de un contexto político, histórico o social, y a la que poco importa la calidad del texto (que, en este caso, ciertamente deja mucho que desear).
    pero claro, de qué estoy hablando?, me dirán, si anything goes, para qué va a uno a preocuparse por lo que de verdad importa de una escitura?

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  2. ¿"Lo que de verdad importa en una escritura"? ¿Qué es eso que "de verdad importa"? ¿La calidad? Esta poeta y este poemario son de calidad. Hay aquí una escritora, con evidentes lecturas de poesía cubana e hispanoamericana, que expone su yo con belleza y honestidad a través de una lírica por momentos fría e irónica.
    ¿Ha leído el anónimo todos los poemas de Rodríguez en Diario de Cuba? ¿Todos le parecen malos? ¿Por qué? Argumente mejor para que la discusión tenga sentido. Por otro lado, ¿cuándo la literatura ha sido ajena a su contexto histórico, social o político? La gran literatura desde Homero y Dante, Shakespeare y Cervantes, Flaubert o Dostievski, Proust o Mann ha estado siempre marcada por los dilemas morales y políticos de su época. Esta poesía también lo está.

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  3. sí, señor, este anónimo se ha tomado el ingrato trabajo de leerlos todos y cada uno, y no ha encontrado una imagen que valga la pena desde el punto de vista estético (no cuento aquí las deliberadamente concebidas para épater le lecteur... o para buscarse un sitio entre los coloquios y las publicaciones académicas), solo frivolidad y un flujo casi aleatorio de palabritas pretenciosas por "fuertes".
    desde luego, en (casi) toda literatura puede rastrearse síntomas, evidencias de su atadura a un contexto determinado. pero esto incluye por igual a la buena, a la regular y a la mala: a thomas kyd como a Shakespeare, a Flaubert como a maxime du camp, a Proust como a los goncourt, a Lezama como -por dios- a rocasolano... no cuestiono ese tipo de aproximación, en el que usted ha incursionado con notable fortuna, pero creo que el riesgo está en enfatizar tanto lo que uniformiza y homogeiniza a los textos que se pierda su especificidad estética (la norma por encima de la anomalía, que es lo que define la escritura de valor).

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  4. Ud. no encuentra "una imagen que valga la pena" en la poesía de Legna Rodríguez Iglesias porque esta no es una poesía que busque una experiencia estética del lector, determinada por la imagen. Esta una poesía que tiene muy poco ver con José Lezama Lima, quien parece ser su referente fundamental. Tiene mucho más que ver con la Beat Generation en Estados Unidos que con Orígenes en Cuba. Una poesía en la que una experiencia o una escena son más importantes que una metáfora o un símil.

    Yo no estoy uniformando absolutamente nada. En este post, no he comparado o identificado a Legna Rodríguez con ningún otro poeta de su generación. Los hay muy diferentes, como eran diferentes Flaubert y Stendhal, Dostievski y Tolstoy, Proust y Celine o Lezama y Piñera. En cada generación de la historia de humanidad ha habido diversidad de poéticas literarias. Reconocer esa diversidad es lo contrario de uniformar. Uniformar es pensar la literatura como una monarquía donde sólo cuentan ciertos estilos y los otros deben ser borrados porque no les resultan "clásicos" o "exquisitos" a ciertos críticos, que se atribuyen el derecho a decidir qué es y qué no es "verdadera literatura".

    Javier L. Mora, el crítico que reseñó uno de los poemarios de Rodríguez en Diario de Cuba, o Yoandy Cabrera, de la misma generación, tal vez sean poetas más cercanos al tipo de poesía que Ud. buscando. Prefiero una literatura así de diversa a aquellas literaturas, sí uniformadas por un canon estético letrado, construido en la baja modernidad de cualquier país occidental.

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  5. mi referente fundamental no es Lezama. cuando hablo de "imagen" no me ajusto a la definición -si es que este rérmino es aplicable a este poeta- que se puede derivar de la lectura de sus textos ensayísticos.
    no es que no haya imágenes en legna: las hay (como también en gingsberg o en cuanquier otro de los beat), lo que pasa es que son deficientes literariamente hablando.
    no tengo nada en contra de la diversidad ni, por favor, aspiro a que nada se borre. con abstenerme de leer lo que no me interese me basta.
    otro autor al que ud. cita -con razón- como adscrito a una línea más clásica, yoandy cabrera, me parece no menos malo que legna, por más que sus estéticas estén en las antípodas.
    como me parecen igualmente interesantes las escrituras de jamila medina y de oscar cruz (en quienes se repite aproximadamente la polaridad estilística que encontramos en legna y yoandy).
    un placer polemizar con ud. (lo digo sin ironía).
    hasta otra.

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