Libros del crepúsculo

Libros del crepúsculo

miércoles, 15 de enero de 2014

Prosas para acompañar la muerte de Juan Gelman


“Vacíos del presente molestan al pasado. En la asamblea de las pérdidas, algún amor alza su llama con la humildad dichosa de lo que pudo ser. Los enemigos callan y la noche desnuda dicta maneras/riquezas del cuerpo que soporta. La tempestad fabrica callejones, dialectos, absorbe códigos inmóviles.
El poema quiere engañar al tiempo y el sufrimiento lo derrota. Si escuchara lo que huye de la puerta, si la imperfecta luz diera tu libro, si traicionara este dolor, si oyera tu descanso, si el alba tropezara con el árbol que te abrigó una vez, si pudieras volver a casa una noche cualquiera.
Hay ademanes descentrados que no tocan los horizontes de la carne. Ni sus gemidos altos, ni su infierno que enseña cómo los bellos espectáculos retroceden en las lecciones de la culpa/sin aire saludable ni el orden de las partes que amor serían de lo que no es/para que sea. Se calló el arpa en un rincón de súplicas que saben su peligro. Las imágenes cantan, reniegan, furian en las deflagraciones de la letra y nadie resucita un solo rasgo del secreto. Se derraman hilitos contra la muerte irresponsable en una copia de la línea borrada.
Amásense harinas del encuentro, llamas que ardan como ardieron, el cuerpo sin historia cada noche. Penétrense las jaulas inarmónicas, júntese tanta variedad de tiempos, mírese lo que falta o paridad de idiomas que no suenan lo mismo con lo mismo. La palabra va de aquí para allá, busca un sitio de no marcharse nunca. Su única casa es imposible, nadie se la va a construir.
Cómo entrar en la oscuridad de la conciencia, sus piedras a propósito, la delimitación de sus espejos. La belleza se calla junto al enfermo de la época. ¿Quién le clavó ceguera ante las criaturas de la estupidez? Sus rencores caen rápido en órganos de la razón. El futuro está triste en pensamientos impensables y los jilgueros cantan en vuelos que se irán. Las fantasías violentas del adentro son crueles hacia arriba, su utilidad es traición y nadie labra las tierras del espanto. El viento barre la arena del desierto, los fulgores del mal, dígase lo que se diga de autonomías del amor”.
Del volumen Hoy (Seix Barral, 2013)

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