Libros del crepúsculo
viernes, 22 de febrero de 2013
Un poeta cubano contra la pena de muerte
En el verano de 1925, el joven poeta y abogado cubano Rubén Martínez Villena reseñaba, en la publicación Venezuela Libre, un caso de indulto a un condenado a muerte bajo la recién estrenada presidencia de Gerardo Machado. Martínez Villena, que comenzaba a afilar su pluma contra Machado, observaba que el indulto había sido concedido por la misma sala del poder judicial de la República que lo había condenado y no por el presidente.
Lo que inquietaba a Martínez Villena era que en un país como Cuba, donde en más de veinte años, desde la fundación de la República en 1902, no había sido aplicada la pena de muerte, establecida en el Código Penal, un presidente no mostrara inclinación al indulto. Machado, según Martínez Villena, debió manifestarse por el perdón, antes del fallo de último minuto del juzgado, por cualquier razón, "científica, práctica, liberal o hasta masónica".
Debió hacerlo el presidente, decía el poeta, porque los gobernantes tienen que saber y poder "transigir". Sobre todo, "transigir en esas ocasiones en que, realmente, gobernar es transigir". Que Machado no transigiera era, para Martínez Villena, un sombrío indicio de que una nueva generación de políticos autoritarios estaba emergiendo en Cuba. Una generación, cuya memoria de la pena de muerte bajo la Capitanía General española comenzaba a fallar.
Según Martínez Villena, "el pueblo de Cuba era opuesto a la pena de muerte porque veía en el garrote, donde murieron algunos precursores y mártires de la libertad, un instrumento símbolo de la colonia. Desde el venezolano Narciso López -uno de esos precursores, a quien no reprochaba su anexionismo-, repetidas veces quisieron los Capitanes Generales estrangular en la máquina vil la noble voz de la rebeldía política".
Tan convencido estaba Martínez Villena del rechazo de los cubanos a la pena de muerte, que vaticinaba su derogación en las leyes de la isla: "la pena de muerte, reminiscencia del Talión bárbaro, pena sin finalidad correctiva, con negativo carácter preventivo o coaccionador, desechada en los proyectos modernos de las legislaciones penales, será abolida en nuestro Código, por arcaica e inútil".
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No le parece que Ruben Martinez Villena ya hubiese sido fusilado for las huestes Castrista? o quizas defendiendola como Raul Roa.
ResponderEliminar¡Ahh!, los poetas, siempre en el Parnaso. Y ¿qué decía de la lucha de clases, de la dictadura del proletariado y de las acciones violentas alrededor del mundo del Comintern muy activo ya en 1925?
ResponderEliminar¿Cómo se puede ser tan incoherente?
Mostrar verdadera sensibilidad y ser coherente con ella hubiera sido criticar la omisión de Gerardo Machado y, para decirlo con palabras de Martí, "buscar remedio blando al mal".