En estos días que ha muerto Gore Vidal, releo algunos libros de Norman Mailer, como parte de una investigación sobre los debates en torno a la Revolución Cubana en Nueva York en los años 60 y 70. En uno de los libros de Mailer, Pieces (1983), encuentro una reproducción bastante fiel del famoso altercado entre Mailer y Vidal en el show de Dick Cavett. No recuerdo haber visto una discusión tan violenta entre dos escritores por televisión. Una violencia que ambos lograron sobrellevar con humor, gracias, en buena medida, a las simpáticas intervenciones de la escritora Janet Flanner, célebre colaboradora del New Yorker, y del propio Cavett.
El origen del pleito fue una nota de Vidal en The New York Review of Books en la que se criticaba una tradición de narrativa violenta o de culto a la violencia en la literatura norteamericana, que Vidal veía articularse entre Henry Miller y Norman Mailer y que, finalmente, había saltado a la realidad por medio de lunáticos criminales como el músico Charles Manson, el asesino de Sharon Tate, la esposa de Roman Polanski, y sus amigos en Beverly Hills. En la secuencia Miller-Mailer-Manson se había producido, según Vidal, un híbrido genético, que él llamaba "M3", arquetipo del machismo, la misoginia y la homofobia en la cultura norteamericana.
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