Libros del crepúsculo

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miércoles, 11 de abril de 2012

Thompson no llegó a La Habana



 En una curiosa carta del sociólogo norteamericano, Charles Wright Mills (1916-1962), al historiador británico, Edward Palmer Thompson (1923-1993), del 20 de septiembre de 1960, el primero le anuncia al segundo que lo ha recomendado con Fidel Castro para que lo contrate como asesor del INRA en La Habana. Thompson esperó varios meses la invitación del gobierno revolucionario y, al no llegar ésta, le hizo saber su decepción a Wright Mills a principios de 1961.
El incidente podría servir como pretexto para trazar la recepción –o la no recepción- de este importante marxista británico en Cuba. Llama la atención que, a diferencia de otros pensadores de izquierda de su generación, como Eric Hobsbawm, Ralph Miliband, Perry Anderson o Robin Blackburn, Thompson no haya sido publicado en Pensamiento Crítico (1967-71), ni haya intervenido en el Congreso Cultural de La Habana de 1968. Hay un desencuentro entre Thompson y Cuba, tan interesante de rastrear como el de Walter Benjamin.
A principios de los 60, cuando la Revolución Cubana se instala en el imaginario de la Nueva izquierda, Thompson estaba más lejos de la Unión Soviética y el socialismo real que muchos otros de sus contemporáneos. Había salido del Partido Comunista en 1956, en rechazo a la invasión soviética a Hungría, y se había enfrentado a la ortodoxia pro-soviética en sus dos primeros libros William Morris: Romantic to Revolutionary (1955) y The Making of English Working Class (1963).
Como muchos editores de Past and Present, Thompson se sumó al proyecto de New Left Review entre fines de los 50 y principios de los 60. Pero muy pronto, como han observado sus biógrafos Brian D. Palmer y Scott Hamilton, tomó distancias de la indulgencia y el paternalismo con que la izquierda británica analizaba los problemas del Tercer Mundo. Como afirma Hamilton, Thompson fue explícitamente crítico del prólogo de Sartre a Los condenados de la tierra de Frantz Fanon y de la visión, a su juicio condescendiente, de la Revolución Cubana trasmitida por su amigo Wright Mills en Listen, Yankee.
Palmer atribuye la heterodoxia de Thompson a su romanticismo. Admirador de Auden, Eliot, McNeice y otros poetas, él mismo hizo sus intentos de escritura lírica, recogidos en Colected Poems (1999). El Thompson de la economía moral y la historia del proletariado británico no era ajeno a una poética de la historia y de la vida, como se advierte en los elementos humanistas y pacifistas de su socialismo. Fue Thompson, por cierto, uno de los primeros marxistas occidentales en encontrar más coincidencias que divergencias entre el estructuralismo althusseriano y el marxismo-leninismo soviético. 

2 comentarios:

  1. Es realmente curioso este hecho, sobretodo ahora que vuelvo sobre algunos numeros de PCritico. Justamente creo que parte del desencuentro vendria por su distancia anti-sovietica, asi como por su critica a Althusser, que si abundaba en las paginas de la revista habanera.

    Aunque tengo la impresion que lo que repudiaba E.P Thompson de Althusser era la dimension especulativa ("ideologizante") sobre el historicismo. Mi pregunta seria si acaso esta diferencia conceptual estaba ligada a los debates de la URSS, o si seria punto a considerar en relacion con la linea marxista en Pensamiento Critico?

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  2. Hola, Gerardo, gracias por tu comentario. Creo que la explicación del desencuentro de Thompson con Cuba, así como el de Benjamin, tiene que ver con el antiestalinismo y también, en el caso del británico, con sus críticas a los nacionalismos descolonizadores. Scott Hamilton lo plantea claramente en su reciente "The Crisis of Theory" (2011). En cuanto a Althusser, creo que la crítica iba más por el lado del rechazo de Thompson, como materialista histórico radical- y aquí viene de nuevo, la conexión con Benjamin- del estatuto del marxismo-leninismo como filosofía o como "ciencia", defendido, desde distintas variantes, por Althusser y los soviéticos.

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