El incidente podría servir como pretexto para trazar la
recepción –o la no recepción- de este importante marxista británico en Cuba.
Llama la atención que, a diferencia de otros pensadores de izquierda de su
generación, como Eric Hobsbawm, Ralph
Miliband, Perry Anderson o Robin Blackburn, Thompson no haya sido publicado en Pensamiento Crítico (1967-71), ni haya
intervenido en el Congreso Cultural de La Habana de 1968. Hay un desencuentro entre
Thompson y Cuba, tan interesante de rastrear como el de Walter Benjamin.
A principios de los 60, cuando la Revolución Cubana se
instala en el imaginario de la Nueva izquierda, Thompson estaba más lejos de la
Unión Soviética y el socialismo real que muchos otros de sus contemporáneos.
Había salido del Partido Comunista en 1956, en rechazo a la invasión soviética
a Hungría, y se había enfrentado a la ortodoxia pro-soviética en sus dos
primeros libros William Morris: Romantic
to Revolutionary (1955) y The Making
of English Working Class (1963).
Como muchos editores de Past
and Present, Thompson se sumó al proyecto de New Left Review entre fines de los 50 y principios de los 60. Pero
muy pronto, como han observado sus biógrafos Brian D. Palmer y Scott Hamilton,
tomó distancias de la indulgencia y el paternalismo con que la izquierda
británica analizaba los problemas del Tercer Mundo. Como afirma Hamilton,
Thompson fue explícitamente crítico del prólogo de Sartre a Los condenados de la tierra de Frantz
Fanon y de la visión, a su juicio condescendiente, de la Revolución Cubana trasmitida
por su amigo Wright Mills en Listen,
Yankee.
Palmer atribuye la heterodoxia de Thompson a su
romanticismo. Admirador de Auden, Eliot, McNeice y otros poetas, él mismo hizo
sus intentos de escritura lírica, recogidos en Colected Poems (1999). El Thompson de la economía moral y la
historia del proletariado británico no era ajeno a una poética de la historia y
de la vida, como se advierte en los elementos humanistas y pacifistas de su
socialismo. Fue Thompson, por cierto, uno de los primeros marxistas
occidentales en encontrar más coincidencias que divergencias entre el
estructuralismo althusseriano y el marxismo-leninismo soviético.
Es realmente curioso este hecho, sobretodo ahora que vuelvo sobre algunos numeros de PCritico. Justamente creo que parte del desencuentro vendria por su distancia anti-sovietica, asi como por su critica a Althusser, que si abundaba en las paginas de la revista habanera.
ResponderEliminarAunque tengo la impresion que lo que repudiaba E.P Thompson de Althusser era la dimension especulativa ("ideologizante") sobre el historicismo. Mi pregunta seria si acaso esta diferencia conceptual estaba ligada a los debates de la URSS, o si seria punto a considerar en relacion con la linea marxista en Pensamiento Critico?
Hola, Gerardo, gracias por tu comentario. Creo que la explicación del desencuentro de Thompson con Cuba, así como el de Benjamin, tiene que ver con el antiestalinismo y también, en el caso del británico, con sus críticas a los nacionalismos descolonizadores. Scott Hamilton lo plantea claramente en su reciente "The Crisis of Theory" (2011). En cuanto a Althusser, creo que la crítica iba más por el lado del rechazo de Thompson, como materialista histórico radical- y aquí viene de nuevo, la conexión con Benjamin- del estatuto del marxismo-leninismo como filosofía o como "ciencia", defendido, desde distintas variantes, por Althusser y los soviéticos.
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