En las biografías de Waldo Frank, escritas por Paul J. Carter y Michael A. Ogorzaly, la primera de 1967, año de la muerte de Frank, y la segunda, editada en 1994, bajo el título de Waldo Frank. Prophet of the Hispanic Regeneration, se confirma a partir de los Diarios y el epistolario de escritor newyorquino, que el gobierno cubano pagó a Frank 2500 dólares por la escritura del libro, Cuba. Prophetic Island (1961).
Durante el proceso de escritura, entre fines de 1959 y fines de 1960, Frank fue cambiando su percepción del proceso revolucionario cubano, el cual había juzgado inicialmente como no comunista. En algún momento del 60, Frank anota en su diario de los discursos de Fidel Castro: "his hysterical speeches sicken me".
Una observación que en el libro aparece desarrollada dentro de una reflexión sobre el rol central que cumple la imagen de la víctima en el discurso de Castro, quien al hacer "hincapié en las invasiones, las explotaciones y las traiciones", pierde oportunidad de exponer su plan de desarrollo social y político para Cuba.
Aunque Frank cobró por el libro, lo que provocó que Beacon Press rompiera el contrato de publicación en inglés, el libro no se editó en español en La Habana, como establecía el propio contrato habanero y como habían prometido a Frank el canciller Raúl Roa y el Ministro de Educación, Armando Hart, sino en Losada, Buenos Aires. Un desencuentro más que se suma a la historia de la conflictiva relación entre el gobierno cubano y la izquierda democrática occidental.
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