Libros del crepúsculo

Libros del crepúsculo

jueves, 23 de febrero de 2012

Alegorías asimétricas




Un libro reciente del historiador cubano Ricardo Quiza Moreno, titulado Imaginarios al ruedo. Cuba y los Estados Unidos en las Exposiciones Internacionales (1876-1904) (2010), editado en La Habana por Ediciones Unión, se suma a las evidencias sobre la vitalidad de la nueva historiografía escrita en la isla que hemos acumulado, sobre todo, en la última década. El tema del libro es las relaciones culturales entre Estados Unidos y Cuba a fines del siglo XIX. Un periodo caracterizado por dos transiciones llamadas a producir múltiples asimetrías: de potencia media a potencia mundial en Estados Unidos y de colonia a república en Cuba.
El campo referencial de Quiza está ubicado justo en uno de los periodos y temáticas que en los últimos años ha sido más innovadoramente trabajado por historiadores dentro o fuera de Cuba como Marial Iglesias, Pablo Riaño o Louis A. Pérez. El autor avanza, por tanto, sobre una zona del pasado insular suficientemente desmitificada, en el ámbito académico al menos, y liberada ya de la polarización maniquea entre Estados Unidos y Cuba que ha caracterizado por siglos, tanto, a la historiografía imperial norteamericana como a la historiografía nacionalista cubana.
A la manera del historiador mexicano, Mauricio Tenorio, profesor de la Universidad de Chicago y del CIDE, en su gran estudio sobre las representaciones culturales de México en las Exposiciones Universales de fines del siglo XIX, Quiza reconstruye las figuraciones de Cuba y los cubanos, bajo las últimas décadas del dominio español y los primeros años de la hegemonía política de Estados Unidos sobre la isla, no en las Exposiciones Universales, desde luego, sino en diversas muestras y ferias comerciales internacionales celebradas en ambos países como las de Filadelfia (1876), Matanzas (1881), Búfalo (1901) y San Luis (1904)
Las representaciones cubanas en esos foros, a diferencia de las mexicanas estudiadas por Tenorio, tenían la peculiaridad de involucrar alegorías de la colonia tardía o de la naciente república dentro de los conjuntos alegóricos que representaban a las potencias hegemónicas española y norteamericana, que limitaban la soberanía insular. Cuba era entonces, como aludiera un célebre título de Louis A. Pérez, un sujeto cultural “entre imperios” y esa condición determinaba la forma en que era representada en el mercado internacional de los símbolos.
Escrito en tono ensayístico y respaldado por una investigación realizada en más de diez fondos del Archivo Nacional de Cuba, el libro de Quiza Moreno, además de un valioso ejercicio de interpretación y escritura de la historia, es también una crítica, no sólo a los estereotipos historiográficos sobre las relaciones entre Cuba y Estados Unidos sino a todo tipo de visión asimétrica de las mismas que quiera imponerse desde cualquier lugar de enunciación o cualquier poder constituido.
En un magnífico prólogo, el profesor José Francisco Buscaglia Salgado señala que si hubiera que escoger una alegoría que ilustrara el sentido de este libro no sería la del monumento al Maine, en el malecón habanero, o cualquier otra que trasmita una condición subordinada de la pequeña nación a la grande, sino aquella que encontró Quiza en la Exposición de Búfalo de 1901 en la que Estados Unidos y Cuba son dos mujeres abrazadas, sólo diferenciadas por el atuendo típico que cada una viste.

2 comentarios:

  1. Esto esta bueno. Me gusta eso de las dos mujeres abrazadas. Hicieron bien en caerle a porrazos al pajarraco aquel.

    Omar

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  2. Muy buena reseña de un historiador de la isla por un historiador exiliado. Pero Rojas probablemente se muera antes de que haya reciprocidad.

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