Libros del crepúsculo

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miércoles, 7 de diciembre de 2011

La pobreza como censura



A su llegada a la pasada Feria del Libro de Guadalajara, la escritora rumano-alemana Herta Müller, Premio Nobel de Literatura, comentó que la pobreza era una forma de censura. En un país con varias decenas de millones de pobres, como México, el comentario parecía aludir a esa realidad inmediata y tangible. Sin embargo, Müller no se refería a México sino a su natal Rumanía, durante el periodo comunista.
Hacía entonces Müller una observación ya apuntada por Edgar Morin en el capítulo sobre las “brechas sociales y económicas” bajo el comunismo, de su libro Qué es el totalitarismo: de la naturaleza de la URSS (1985). Decía la escritora que en los países del socialismo real, el hambre, la pobreza y las carencias funcionaban como un mecanismo de censura, destinado a “mantener pequeña a la gente” y a impedir que los “ciudadanos pensaran en otras cosas”.
A Müller no le cabe duda que la pobreza en el comunismo formaba parte del “plan”. Morin también decía algo parecido cuando aseguraba que aun cuando los planificadores de la economía soviética desearan satisfacer las necesidades básicas de la población, sus colegas ideológicos en el PCUS no dejaban de valorar las ventajas que, para el control social, tenía el sostenimiento de un bajo nivel de consumo en la ciudadanía.
Es interesante que estos argumentos de Morin y Müller se parezcan tanto a los de los críticos de la sociedad de consumo como una condición favorable al control social. Se trata de la misma premisa, aplicada a la explicación de dos sistemas sociales antagónicos: el comunismo y el capitalismo. La pobreza y la opulencia, planificadas en el primero y “espontáneas” en el segundo, producirían, al final, efectos similares en cualquier sociedad del planeta.

3 comentarios:

  1. Recuerdo que de pequeño, allá por los inicios de la década del setenta en Cuba, escuché a mi madre repetir muchas veces esta frase: "Si este gobierno pudiera, por arte de magia, hacer que a partir de mañana todo el mundo viviese en la abundancia, de ninguna manera lo haría". Me imagino que es (fue) una idea común entre los inquilinos de los paraísos racionados del socialismo real.

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  2. Lo próximo sería comprobar la hipótesis.
    Javier

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  3. Los críticos de lo que sea tienen la tendencia a creer que saben más que la gente que los lee. De ahí la tendencia a proclamarse como los únicos que han escapado al control al que están sometidos los no iniciados y a revelar la verdad que sólo ellos pueden ver.

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