Leo en Babelia del pasado domingo una vieja entrevista de Gay Talese a Jorge Luis Borges en el New York Times. La charla sucede el 31 de enero de 1962 en el hotel Algonquin de Manhattan y me impresionan dos cosas de aquel Borges de 62 años. Un Borges que viajaba con su madre de 85, Leonor Acevedo Suárez, que lo acompañaba a sus conferencias en Yale, Harvard, Columbia y Princeton, donde hablaba sobre William Henry Hudson, el Martín Fierro y Leopoldo Lugones, el poeta modernista argentino, a quien presentaba como el mejor traductor de Homero al español.
Un Borges de mayor olfato político que el que nos historian sus biógrafos y críticos. Era apenas enero del 62, tres años después del triunfo de la Revolución Cubana, y ya Borges observaba que Fidel Castro “estaba afianzado” en el poder. Y, como si quisiera aventurar una explicación del fenómeno, agregaba: “los comunistas son muy listos”. En enero de 1962 muy pocos enemigos o críticos de la Revolución Cubana –y Borges era uno de ellos- pensaba que Fidel Castro se afianzaría en el poder. Por lo visto Borges llegó a comprender mejor que muchos en la derecha de las dos Américas que los vientos de la guerra fría soplaban a favor de Fidel Castro.
Tocayo, el mismo Borges era un intelectual de derecha, segun los canones tradicionales de definicion politica. Lo mejor? su cinismo inveterado, acompanante usual de los buenos pensadores de derecha (la izquierda, como es sabido, no goza de buen sentido del humor).
ResponderEliminarSaludos.
Son pocas las alusiones cubanas de Borges, Rafael. Otra que conozco, segun recuerdo en una lectura en un libro de conversaciones con Maria Esther Vazquez, es una sobre Jose Marti: "Y Borges, que piensa usted de Marti" - "Bueno creo que es una supersticion del caribe...". Algo asi, si mal no recuerdo.
ResponderEliminarQuizas pudieras dedicarle otra entrega a este tema. Un saludo,
Gerardo
Chaplin, Buster Keaton y Groucho Marx se pueden calificar de izquierdas y son los grandes maestros del humor, señor Pinheiro. Incluso dos de ellos fueron vigilados por la CIA y el FBI. Los manuales de liberalismo barato parecen nublarle el enfoque. Sentido del humor y "pesaos" hay en cualquier tendencia política.
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