Libros del crepúsculo

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jueves, 7 de julio de 2011

Verano de Vallejo







Buscando poemas al verano, doy con este extraño canto de César Vallejo, que alguna vez musicalizó el trovador cubano Noel Nicola. Aquí están los tres grandes temas que el estudioso colombiano Rafael Gutiérrez Girardot reconoció en la obra de Vallejo: el amor, la muerte y Dios. Sombrío cristianismo, sin duda, el del mayor poeta peruano.




Verano


Verano, ya me voy. Y me dan pena
las manitas sumisas de tus tardes.
Llegas devotamente; llegas viejo;
y ya no encontrarás en mi alma a nadie.
Verano! Y pasarás por mis balcones
con gran rosario de amatistas y oros,
como un obispo triste que llegara
de lejos a buscar y bendecir
los rotos aros de unos muertos novios.
Verano, ya me voy. Allá, en setiembre
tengo una rosa que te encargo mucho;
la regarás de agua bendita todos
los días de pecado y de sepulcro.
Si a fuerza de llorar el mausoleo,
con luz de fe su mármol aletea,
levanta en alto tu responso, y pide
a Dios que siga para siempre muerta.
Todo ha de ser ya tarde;
y tú no encontrarás en mi alma a nadie.
Ya no llores, Verano! En aquel surco
muere una rosa que renace mucho…

3 comentarios:

  1. Muy interesante...!!!

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  2. Qué zozobra!! me ha dejado una sensación opuesta a la luz.... del verano!!

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  3. Sí, el poema es en realidad un triste adios al verano. Un recuento amargo de la canícula, cuyos saldos son la muerte del amor y de la fe y las flores marchitas.

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