Libros del crepúsculo

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miércoles, 1 de junio de 2011

Cohen y Joplin en el Chelsea Hotel

El Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Leonard Cohen produce una alegría más diáfana que cualquier otro premio literario. Es tanta la familiaridad que se puede alcanzar con Cohen, escuchándolo por décadas, que su coronación como escritor nos parece acto de elemental justicia. Con el Cohen escritor sucede lo mismo que con el Dylan escritor, su reconocimiento es un triunfo sobre las ideas ensimismadas de la literatura.
No conozco la obra escrita, no cantada, de Cohen, ni la de Dylan. Sólo conozco sus canciones. Canciones que pueden ser leídas como poemas, aunque lo más recomendable sea escucharlas como poemas, no como canciones. A Cohen y a Dylan no hay que leerlos sin escucharlos, de la misma manera que a San Juan de la Cruz o a T. S. Eliot hay que leerlos en silencio, sin música de fondo. A Cohen hay que leerlo en su propia voz, como lo que siempre ha dicho ser, no un song writer sino un song worker.
Se me ha hecho difícil encontrar una canción de Cohen, representativa de esa poesía cantada, porque casi todas lo son. Pensé en “Tennessee Waltz”, tan bien cantada por Joan Baez, en el “Hallelujah”, que inmortalizó Jeff Buckley y que alguna vez colgamos aquí, o en “Dance me to the End of Love”, que ha cantado como nadie Madeleine Peyroux. Me he decidido por “Chelsea Hotel”, la canción en la que Cohen rememoró un encuentro con Janis Joplin, en los años 60, en ese célebre lugar de Manhattan.
La canción, que ha sido bien cantada por otro canadiense, Rufus Wainwright –qué no ha cantado bien Wainwright!- fue compuesta luego de que Cohen, quien perseguía a Brigitte Bardot por los pasillos del Chelsea, se tropezara en un ascensor con Joplin. Más tarde Cohen recordaría el encuentro como el principio de un breve y poco memorable romance: la recordaba claramente pero no pensaba en ella demasiado.







Chelsea Hotel



I remember you well in the Chelsea Hotel,
you were talking so brave and so sweet,
giving me head on the unmade bed,
while the limousines wait in the street.
Those were the reasons and that was New York,
we were running for the money and the flesh.
And that was called love for the workers in song
probably still is for those of them left.
Ah but you got away, didn't you babe,
you just turned your back on the crowd,
you got away, I never once heard you say,
I need you, I don't need you,
I need you, I don't need you
and all of that jiving around.
I remember you well in the Chelsea Hotel
you were famous, your heart was a legend.
You told me again you preferred handsome men
but for me you would make an exception.
And clenching your fist for the ones like us
who are oppressed by the figures of beauty,
you fixed yourself, you said, "Well never mind,
we are ugly but we have the music."
And then you got away, didn't you babe,
you just turned your back on the crowd
you got away, I never once heard you say,
I need you, I don't need you,
I need you, I don't need you
and all of that jiving around.
I don't mean to suggest that I loved you the best,
I can't keep track of each fallen robin.
I remember you well in the Chelsea Hotel,
that's all, I don't even think of you that often.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena el premio a Cohen. ¡Cool!

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  2. Rafe, te recomiendo la novela publicada en 1966, llamada "Beautiful Losers". Esta novela escrita por Cohen, se editó en 1975 en lengua hispana bajo el maravilloso título de: "Los hermosos vencidos" Ed. Fundamentos. Si la lees verás que es tan buen escritor como autor de canciones. Saludos, Andrés Muñoz desde Chile (muy amigo de Tabo y Paula).

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  3. So sweet a song...fifa. Gracias.

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