Libros del crepúsculo

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lunes, 30 de agosto de 2010

Marx y el crimen

A propósito del terrible aumento de la violencia en algunos países de América Latina, como Venezuela y Brasil, y del imparable avance del narcoterrorismo en Colombia y México, he recordado un ensayito de Carlos Marx, editado e ilustrado, hace algunos años, por el pintor cubano Ramón Alejandro en su editorial Delateur (Colección Mañunga). Se trata del “Elogio del crimen” de Marx, incluido en “La teoría de la plusvalía” del IV tomo de El Capital.
El enfoque marxista puede resultar cínico u ofensivo, sobre todo, a los cientos de miles de víctimas de la violencia latinoamericana, pero no habría que olvidar que Marx, además de un crítico del capitalismo, fue un narrador de su realidad. Un narrador, como se palpa en estos tres pasajes, romántico, es decir, atento siempre al drama de la modernidad. El criminal, según Marx, era un sujeto estimulante del desarrollo de las fuerzas productivas y, a la vez, un héroe transgresor del orden legal burgués.


“El criminal no sólo produce crímenes; es él quien da origen al derecho penal y al profesor de derecho penal. Produce, por tanto, el inevitable tratado en el cual el profesor compendia sus clases para situarlas en el mercado como mercancía, dando como resultado un aumento de la riqueza nacional, sin hablar de la satisfacción personal que según el profesor Roscher, testigo competente, el manuscrito de ese trabajo proporciona a su autor.

Más aún: el criminal genera todo el aparato policíaco y judicial: gendarmes, jueces, verdugos, jurados, etc… y otros múltiples oficios que constituyen otras tantas categorías de división social del trabajo, que estimulan diversas facultades del espíritu humano y crean simultáneamente nuevos deseos y nuevos medios de satisfacerlos. La tortura, por sí sola, ha engendrado ingeniosísimos inventos mecánicos cuya producción da empleo a un sinnúmero de honestos artífices.

El criminal engendra una sensación que forma parte de lo moral y de lo trágico, y por lo tanto ofrece un servicio al agitar los sentimientos éticos y estéticos del público. No sólo produce tratados de derecho penal, códigos penales, y a sus correspondientes legisladores, sino también arte, literatura, hasta tragedias, de lo que dan fe no sólo La culpa de Müllner y Los bandidos de Schiller sino también Edipo y Ricardo III. El criminal rompe la monotonía y la seguridad cotidiana de la vida burguesa, salvándola del estancamiento y provocando esa constante tensión, ese desasosiego sin los cuales el mismo aguijón de la competencia se mellaría”.

7 comentarios:

  1. Estas palabras confirman la mentalidad romántica (de época) de Marx. Su pensamiento concuerda con el gesto de F. Castro quien cita al poeta Espronceda, autor de la canción del pirata. Pensar que la maldad, la crueldad y el impulso destructivo son productivos para la sociedad me parece repugnante y producto de un pensamiento que niega las fuerzas constructivas y positivas del hombre. El pensamiento romántico se basa en la negación.

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  2. Es interesante Rafael, ya que cuando uno lee los manuales de las "guerra de guerrillas" en America Latina, muchas veces los autores (pienso en Mariguella por ejemplo) siempre se toman el trabajo de hacer una distincion entre la figura del criminal y la del guerrillero/ terrorista urbano. Hay una estetizacion en Marx que va mas alla de la politica como accion.

    Quiza por esto veo que esta mas cerca de ciertos discursos raros decimononicos, como el de DeQuincey y el asesinato, que de las practicas mas terroristas o revolucionarias destructivas del siglo XX.
    un saludo,

    G

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  3. Siempre me ha gustado esa edición de Delateur. En España hay una reciente de Sequitur. En Nietzsche ya había una fascinación por el bandido "bueno" en unas recomendaciones a los parisinos. Es verdad que hay un punto fuerte de romanticismo en todo eso. Pero también la mirada clasista de Marx que admira al que le roba al rico, y que está en toda la literatura, desde Las Mil y una noche, la picaresca, Robin Hood hasta el mismo Manuel García, el rey de los campos de Cuba. A diferencia de Foucault -que cree que la delincuencia tiene casi un origen penal- Marx le concede ese protagonismo al mismo criminal, como "creador del derecho burgués". Un contradicción para pensar, creo...
    Saludos

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  4. Este "ensayito", como de forma irónica (me parece) lo señala usted Rafael Rojas, es sin embargo de una importancia (casi) considerable, en el sentido de las implicaciones que dentro del pensamiento de Marx supone o de las "meditaciones" o consideraciones de pensamiento que induce. Casi pudiera llevar, para alguien que quisiera "estudiarlo" de muy cerca, a un comentario infinito.

    Hay que empezar por relacionarlo con Bernard Mandeville, un medico que murió en Londres en 1733 y autor de "La fàbula de las abejas", a la que se refiere explícitamente este texto de Marx. De un lado, una colmena de abejas virtuosas, altruistas, donde abunda el don gratuito, y del otro, una colmena de abejas egoístas y llenas de codicia donde reina el puro interés. Pues es esta colmena “mala” la que prosperará y hasta servirá el bien común de todos. Pregunta: ¿no es esto en definitiva una posible definición del liberalismo, donde la ética y el interés (egoísta) no están ni separados ni eliminados? Donde el uno sirve al otro y viceversa. Por lo tanto, esta negación de la negación que nos expone Marx, ¿no es ella también una negación, sino de sus análisis sobre el capitalismo, de sus visiones emancipadoras sobre un mundo liberado del mal? ¿O será que los marxistas, y sobre todo los marxistas-leninistas, no entendieron gran cosa a lo que estaba diciendo Marx?

    Remito a uno de sus posts sobre el Marx de Arendt, para señalar un dialogo de Arendt en un coloquio de 1972 en Toronto, donde respondiendo a una pregunta de Mary McCarthy, dice: "No comparto el gran entusiasmo de Marx por el capitalismo. Si lees las primeras paginas del "Manifiesto comunista", es el más famoso elogio del capitalismo nunca visto".

    ¿Marx, un elogio del capitalismo? Pues a leer este otro “elogio del crimen”, o mejor dicho el elogio de las abejas egoístas, codiciosas e interesadas, pueda que en definitiva, sí. Si consideramos que el capitalismo comienza con la expropiación y que el socialismo es el desenlace lógico del capitalismo, como lo dice Marx, entonces el socialismo continuará esa expropiación hasta las consecuencias más crueles, sin prácticamente ninguna moderación y con el apoyo completo y bienvenido del crimen.

    Las famosas contradicciones servirían entonces nada más que como justificaciones del crimen. Claro que en este texto no sabemos nunca- y Marx actúa generalmente así cuando injerta ideología y política- si estamos ante un juego irónico -romántico- o si estamos ante una “astucia de la razón”, como diría Hegel.
    Pero es que Marx es muy astuto…no me atrevo a decir vicioso.

    En todo caso gracias Rafael Rojas por ponernos este grandísimo “ensayito” a la vista.
    Muchas más cosas se pudieran extraer…
    Un saludo.

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  5. Exacto, Iván. En Foucault seria casi que lo contrario, todo ese aparato disciplinario es el que define la criminalidad, y no al revés.
    Gerardo, estoy de acuerdo contigo. Queria preguntarte: esos textos guerrilleros utilizan el término "terrorista", o es tu modo coloquial de "traducirlos"?
    Gracias Rafa. Es interesante la evolucion desde el 18 brumario, no? Alli los criminales eran parte del lumpen proletariado. Aqui casi que parecen ser ellos "capital social"...

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  6. Si Ariana, estos textos explicitamente utilizaban la palabra "terrorista". No es una traduccion o un correlativo mio. Por ejemplo, Mariguella tiene una linea en el mini-manual que dice: "Hoy ser terrorista es una cualidad que enaltece y honra a una persona".

    Firmenich y Montoneros tambien escribian libremente "terroristas". De modo que el terrorista - el campo semantico de esa categoria - pasaba por territorios muy diferentes a los de hoy (re-apropiacion, emancipacion, etc).

    Es por eso creo que hace poco le oi decir a Agamben una parafrasis de Jose Bergamin: Yo no soy terrorista, pero a lo que el Estado le llama terrorista eso si soy*.

    *(Bergamin, durante la guerra civil, fue acosado por las autoridades, quienes le preguntaron si era comunista. El respondio eso: que no era, pero lo que ello entendian por comunista, eso si era.

    G

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  7. El proletario es el agente "engagé" de la lucha revolucionaria.
    El criminal es el agente de su propia voluntad.
    El lumpenproletariado solamente corrompe la buena sociedad y las buenas costumbres. El lumpenproletariado es lo mas peligroso de todo.

    Este ensayito se inscribe dentro de los textos "Teorias sobre la plus-valia", como un desarrollo sobre la distincion entre trabajadores productivos e improductivos.
    Precisamente, el lumpenproletariado recibe anatemas de Marx, que lo considera una capa parasitaria, versatil, corruptible, etc. En esto Marx sigue las ideas liberales y conservadoras de su tiempo que reciben en general a los pobres, los miseros, como un peligro para el orden social. Mas peligrosos que el criminal. Les recuerdo que aun hoy en dia esta idea circula en todos los ministerios del interior, algo que Foucault, de otra manera, señalaba.

    Por otra parte, habria que pensar la relacion de este texto con el tema de la violencia que inunda todos los textos marxistas-leninistas. La violencia como instrumento del proletariado para la lucha "revolucionaria".

    Lo que màs me extraña de este post es esta mezcla entre Mexico y los narcotraficantes y la increible violencia que asola Venezuela.
    Quizas hubiera que hacer un trabajo muy preciso sobre lo que significa "violencia politica".
    En una region como la hispanica no estaria mal hacerlo... Y no se olviden al hacer ese trabajo de analizar la violencia, politica, que la dictadura cubana sembrò en todo el continente...
    Un saludo

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