Libros del crepúsculo
martes, 24 de agosto de 2010
Lichtenberg y la contrailustración
Ediciones Cátedra ha realizado una nueva edición de los Aforismos (2010) de Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799). Tengo la edición de 1989, del Fondo de Cultura Económica, con el magnífico prólogo de Juan Villoro, recordado recientemente Enrique Vila Matas. Y pensar que en aquellos años, cuando un joven germanófilo Villoro tomó apuntes biográficos del jorobado de Gotinga, no existían Internet ni Wikipedia.
Releyendo los aforismos de Lichtenberg sobre libros, advertimos esa contrailustración juguetona que llevó al científico a enfrentarse al Sturm und Drang. Ya sabemos, por Rousseau y otros de sus contemporáneos, que la Ilustración estuvo llena de contrailustrados, reacios a creerse las pastorales de la razón y el progreso. Pero pocos con el ingenio y la gracia de este racionalista alemán de ironía inglesa, este astrónomo, físico y químico, que descreyó de la promesa redentora de la ciencia y de la literatura:
“Cuando un libro choca con una cabeza y suena a hueco, ¿se debe sólo al libro?
La metáfora es mucho más inteligente que su autor, y esto sucede con muchas cosas. Todo tiene su profundidad. Quien tiene ojos ve todo en todo.
Se diría que nuestros idiomas han enloquecido. Cuando queremos una idea, nos ofrecen una palabra; cuando exigimos una palabra, nos brindan una raya, y donde esperamos una raya, hay una obscenidad.
Esto debe servirme de advertencia. Como aquel gran escritor francés, de ahora en adelante no daré nada a la imprenta sin que antes lo lea mi cocinera.
En cierta obra de un hombre célebre preferiría leer lo que tachó que lo que dejó.
Al prólogo se le podría llamar pararrayos.
Ahí se aplica a la perfección lo que Butler dice de un mal crítico, sino encuentra un error, lo comete.
Me han informado que cada vez que escribe una reseña de libros tiene las más poderosas erecciones.
Los periodistas han construido una capillita de madera que llaman el Templo de la Fama donde todo el día clavan y desclavan retratos, con tal escándalo que nadie escucha sus propias palabras.
Al escribir mantén la confianza en ti mismo, un orgullo noble y la certeza de que los demás no son mejores que tú, ellos evitan tus errores y en cambio cometen otros que tú has evitado.
Lo shakespeareano que había que hacer en el mundo, fue, en gran parte, realizado por Shakespeare.
Está bien que los jóvenes enfermen de poesía en ciertos años, pero por el amor de Dios, hay que impedir que la contagien.
Siempre es preferible darle el tiro de gracia a un escritor que perdonarle la vida en una reseña.
Es fascinante escuchar a una mujer extranjera que comete faltas en nuestro idioma con sus hermosos labios. A un hombre no.
Si pensáramos más por nuestra cuenta, tendríamos muchos más libros malos y muchos más libros buenos.
Quien tenga dos pantalones, que venda uno y compre este libro.
Si alguien escribe mal, qué más da, hay que dejarlo escribir. Transformarse en buey aún no es suicidarse.
Aquello tuvo el efecto que por lo general tienen los buenos libros. Hizo más tontos a los tontos, más listos a los listos y los miles restantes quedaron ilesos.
Hay una clase de hueca habladuría que, a través de expresiones novedosas y metáforas insólitas, da la impresión de ser sustanciosa. Klopstock y Lavater son maestros del género. Como broma, es pasable, en serio, imperdonable.
El único defecto de los escritores realmente buenos es que casi siempre ocasionan que haya muchos malos o regulares.
Uno se resiste a hacer un cucurucho para la pimienta con una hoja en blanco. Si está impresa, uno la usa con agrado.
Un libro es como un espejo. Si un mono se asoma a él no puede ver reflejado a un apóstol.
Carecemos de palabras para hablar con los tontos de sabiduría. Ya es sabio quien entiende a un sabio.
En nuestros tiempos, donde los insectos coleccionan insectos y las mariposas hablan de mariposas.
Es verdad que era algo burdo, pero en su sociedad venía siendo como una cebra entre asnos.
Si bien los peces son mudos, sus vendedoras hablan por todo lo que ellos callan.
El asno me parece un caballo traducido al holandés.
Nada más seguro para la mosca que colocarse en el matamoscas.
El simio más perfecto no puede dibujar un simio. Sólo el hombre puede hacerlo. Pero también sólo él lo considera una ventaja.
Que el hombre es el ser supremo también se deduce de que ningún otro ha tratado de refutarlo.
No es que los oráculos hayan dejado de hablar, los hombres han dejado de escucharlos.
Conozco el gesto de la atención fingida. Es el grado más bajo de la distracción.
A lo más a lo que puede llegar un mediocre es a descubrir los errores de quienes lo superan.
Hay ineptos entusiastas. Gente muy peligrosa.
Estoy convencido de que cada ciudadano de H, conoce a Z, mejor de lo que se conoce a sí mismo.
En el mundo uno encuentra con mayor frecuencia el consejo que el consuelo.
Comerciaba con tinieblas en pequeña escala.
Escribió 8 libros. Hubiera hecho mejor plantando 8 árboles o teniendo 8 hijos.
Era un pensador tan minucioso que siempre veía un grano de arena antes que una casa.
No es broma sino la pura verdad que antes de la Revolución los perros de cacería del rey de Francia tenían mejor salario que los miembros de la Academie des Inscriptions. Cf: la Nueva Biblioteca de Bellas Artes, tomo 44, capítulo 2, p. 234. Los perros: 40.000; los académicos: 30.000. Los perros eran 300, los académicos, 30.
Los franceses prometieron hermandad a las naciones adoptadas. Finalmente sólo tomaron en cuenta a las hermanas.
Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto”.
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El "optimismo racionalista" que se atribuye a los representantes de las Luces no corresponde con lo que fueron y dijeron.
ResponderEliminarLos fragmentos, y no aforismos, de este aleman ilustrado, participan plenamente de un escepticismo, no acerca de la razon y del progreso, sino acerca de la impotencia de la razon cuando las personas no quieren ultilizarla. Lichtenberg creia en y deseaba esa luz, pero decia: " de que sirve tanta luz, si las personas no tienen ojos o cierran intencionalmente los suyos". A lo que Kant añadia que si estaban en ese estado era por pereza o por cobardia.
Por si a alguien le interesa, un seminario en el College de France "Georg Christoph Lichtenberg et la physionomie du monde : philosophie, physique, littérature, critique" tuvo lugar al parecer en avril de este año con una intervencion de Jacques Bouveresse, "Forces et faiblesses de l’Aufklärung : le rationalisme sceptique de Lichtenberg".
Esceptico es la palabra adecuada. Racionalismo esceptico.
Añado que la utilizacion del fragmento como de la ironia situan tambien a Lichtemberg del lado del romantismo.
Y señalo que Canetti y Krauss fueron dos lectores de este esceptico, lo que es algo muy significativo viniendo de estos dos criticos y "perseguidores" de la modernidad.
Un saludo
"La cima de todo genio humano (se exprese como se exprese) es profecía, a menudo inconsciente, del acontecimiento de Cristo".
ResponderEliminarHola Rafael. Al leer tu introducción pensé que te podría interesar este ensayo. Te doy el link:
http://www.huellas-cl.com/2008S/07/aquelqueverda.html
Aquel que verdaderamente
puede llenar el corazón
Apuntes de la intervención de Julián Carrón en la presentación del libro de Luigi Giussani ¿Se puede vivir así? (Encuentro, Madrid 2007). Roma, Auditorium Parque de la Música, 15 de mayo de 2008
Un fuerte abrazo, siempre lleno de admiración. No me pierdo tu blog.
Dora