Conocí la obra de Jay Parini (Pittston, 1948) gracias a la invitación que me hizo Jacobo Sefamí a los cursos de verano de Middlebury College, en Vermont. Allí, en ese paisaje tan propicio para la escritura, a un lado de las Green Mountains y el lago Champlain, donde vivió y escribió Robert Frost, vive y enseña Jay Parini. Middlebury es lugar de escritores -la escuela española de los cursos de verano de esa universidad, fundada por Pedro Salinas, ha recibido a algunos maestros de la lengua, como Eugenio Florit, Jorge Mañach y Octavio Paz, y este verano dicta allí un curso sobre escritura el poeta exiliado cubano, José Kozer.
Parini comenzó escribiendo poemas y relatos y, en 1990, tras el éxito de The Last Station, una ficción sobre el último año de vida de León Tolstoy –llevada al cine el año pasado por Michael Hoffman, con actuaciones de Christopher Plummer, Helen Mirren, James McAvoy y Paul Giamatti- se especializó en biografías históricas o ficciones biográficas de grandes escritores. Escribió la de Gore Vidal, Writer Against the Grain, en 1992, la de John Steinbeck, en 1992, la de Robert Frost, en 1999, la de William Faulkner, One Matchess Time, en 2004, y entre 2000 y 2004 editó anuarios de escritores clásicos y contemporáneos americanos.
El propósito de Parini es distinguir el género biográfico propiamente dicho, como el que utiliza en sus estudios sobre Vidal, Steinbeck, Frost y Faulkner, de las biografías noveladas o ficciones históricas que caracterizan The Last Station o su maravilloso Benjamin´s Crossing (1997), un relato inspirado en los últimos días de la vida de Walter Benjamin, en el verano de 1940, antes del suicidio en Port Bou. Lo mismo que en la obra sobre Tolstoy, Parini aprovecha con mucha eficacia los diarios y la correspondencia de los escritores, como archivo de un universo afectivo que casi nunca emerge en las obras literarias.
A diferencia de otros biógrafos, Parini no oculta los textos de sus biografiados. En su estudio de Frost es notable el intento de insertar poemas en cada momento de la vida del poeta, narrado por el biógrafo. Al igual que en sus libros sobre Vidal, Steinbeck y Faulkner, hay aquí una búsqueda de reconciliación entre literatura y vida o un deseo de compensar la estetización de la vida producida por la literatura con un noticiario del día a día de los escritores. Ese día a día, que se hunde bajo los grandes poemas y las grandes novelas, es el documento que le interesa leer a Parini.
Hace unos días ví en una librería de aquí el libro de Parini sobre la muerte de Tolstoi, al que haces referencia en tu post.
ResponderEliminarNo sabía que también escribió sobre Walter Benjamin. Voy a ir pensando más seriamente en estos libros.
Gracias.
Saludos.