Libros del crepúsculo

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lunes, 17 de mayo de 2010

Contra la retórica compensatoria


El fin de semana antepasado se celebró en Moscú el 65 aniversario del triunfo de las armas soviéticas sobre el nazismo. Como cada efeméride de los últimos años, la ocasión manifestó la ya clásica distribución de roles entre Vladimir Putin y Dimitri Medvedev. El primero fue parco sobre el saldo genocida del estalinismo; el segundo fue, esta vez, demasiado elocuente.
Dijo Medvedev que la heroica defensa de la Unión Soviética por las tropas soviéticas no puede ser utilizada como argumento para justificar o compensar los crímenes de Stalin. Y no sólo eso: dijo que esa proeza militar tampoco puede servir para adornar la naturaleza del sistema político soviético. Un sistema, agregó Medvedev, que sólo puede ser definido como “totalitario comunista”.
El correcto razonamiento de Medvedev no sólo se moviliza contra las retóricas compensatorias de la izquierda –por ejemplo, justificar el liderazgo de Stalin con la demanda de la lucha contra el fascismo o justificar la ausencia de democracia en Cuba con la existencia del embargo comercial de Estados Unidos- sino también contra las de la derecha.
Es frecuente escuchar, todavía hoy, en círculos de las derechas iberoamericanas que el régimen de Agusto Pinochet, en Chile, fue necesario para evitar el avance del comunismo en ese país o que el de Francisco Franco, en España, impidió que la República derivara hacia una alianza con la Unión Soviética. El autoritarismo y el totalitarismo, como bien dice Medvedev, pueden tener explicaciones pero no justificaciones.

3 comentarios:

  1. Rafael, todo depende de como se mire, porque el gobierno de Pinochet en realidad frenó el auge popular de Allende y salvó chile del desastre económico en el que se iba a meter si seguia con las reformas económicas populistas, que eso no lo justifica? por supuesto que no, pero es una explicación de algo que realmente tuvo lugar y con España mas de lo mismo.
    Creo que el problema está cuando se trata de hacer historia con una bola de cristal. Qué habría pasado si fracasa el movimiento falangista y triunfa la república? Eso nunca se sabrá porque simplemente no pasó.

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  2. Armando Chaguaceda18 de mayo de 2010, 21:25

    Rafael, La naturaleza no sólo inhumana sino profundamente antisocialista de José Stalin y su séquito, así como la de todos sus admiradores mundiales, está fuera de toda defensa. No se trata de "erores" sino de crímenes, cuyo lastre aún carga la izquierda...en parte por justificarlos, en parte por las pagar los costes del movimiento pendular que ese tipo de régimen genera en las poblaciones que lo sufren, capaz de desterrar de sus imaginarios las alternativas democráticas de izquierda al status quo -a menudo autoritario y neopatrimonialista- de las transiciones.

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  3. Gracias, Rafael.
    Lo que sí sabemos, efectivamente, es lo que sucedió después del golpe de Estado en España. Eso lo sabemos clarito, clarito, clarito. Y no hace falta que yo lo explique.

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