Libros del crepúsculo

Libros del crepúsculo

viernes, 16 de abril de 2010

Pregunta a los sarduyanos

Tomando notas para un ensayo, de cuyo tema no quiero acordarme, he releído varios libros de Roland Barthes. Por el camino me he preguntado si existe algún inventario de las alusiones a Severo Sarduy en su obra. Se han escrito algunos ensayos sobre la amistad intelectual entre Barthes y Sarduy y se han escrito demasiados ensayos interpretando la obra de Sarduy en clave barthesiana. Pero mi pregunta va por un lado archivístico: no he encontrado un buen estudio sobre Sarduy en Barthes.
Para empezar tendríamos el ensayo “Sarduy: la face baroque”, publicado en 1967, en La Quinzaine littéraire, y reproducido por Gustavo Guerrero y Francois Wahl en la Obra completa (incompleta) de Sarduy, en dos tomos, que editó la UNESCO y el Fondo de Cultura Económica. El texto ha sido recientemente traducido por Gerardo Muñoz en su blog Puente Ecfrático y lo más interesante del mismo, a mi juicio, es esa idea de que De donde son los cantantes no “habla de Cuba o del castrismo”, sino de la “lengua cubana”.
Una lengua, dice Barthes, que invierte el paisaje cubano por medio de una conexión con el barroco español. Al desembocar esa “traducción” en el francés se produce, entonces, una nueva inversión: la novela de Sarduy hace emerger la cara barroca de Francia. Al final, Barthes utiliza a Sarduy para interrogar críticamente la tradición literaria francesa y no por gusto su texto comienza con una referencia al logocentrismo de la misma.
Luego tendríamos la famosa alusión a Cobra, en El placer del texto (1973), en la que Barthes habla de “la alternancia de dos placeres en estado de competencia”, del “más y más todavía”, de la “reconstrucción de la lengua en otra parte”, de una “heterología por plenitud” y de una “especie de franciscanismo que convoca a todas las palabras a hacerse presentes, darse prisa y volver a irse inmediatamente”.
Por último, tendríamos los interesantes comentarios de Barthes sobre Sarduy en las notas de cursos y seminarios en el College de France, entre 1978 y 1980, año de su muerte. En uno de los tres volúmenes de dichas notas, preparados por la ensayista argentina Beatriz Sarlo para la editorial Siglo XXI (Buenos Aires), el titulado La preparación de la novela (2005), hay dos menciones de Sarduy. Una sobre el ensayo La Doublure, que apareció en Flammarion en 1982 –y en Monte Ávila, ese mismo año. Dado que el libro no se había editado en 1979, Barthes citaba en el aula el manuscrito de un amigo, además de la obra de un autor admirado.
La segunda mención también es íntima. Hablando de los “libros-clave”, que permiten la “comprensión de un país, de una época o de un autor” (Hamlet en Shakespeare, la Divina comedia en Italia…), Barthes asegura que los franceses carecen de un libro clave, a diferencia de los españoles que tienen Don Quijote de Cervantes. A lo que agrega: “Severo Sarduy me hacía notar que era una pena, que habría sido más divertido si hubiera sido La celestina”. Y cerraba con la típica salida sarduyana: “un país puede equivocarse de libro”.

7 comentarios:

  1. Caballero de París16 de abril de 2010, 8:47

    Genial, Rafa, hay un libro ahí.

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  2. Rafa, coincido con Caballero de París. Manos a la obra, muchacho!
    Buen fin de semana.

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  3. Muy interesante Rafael, yo también, aunque hace ya un tiempo, intente seguir las pistas de Sarduy por la cartografía barthesiana. No creo realmente que exista mucho mas de lo que has ya apuntado en esta nota. Solo una nota al pie: en la entrevista de Sarduy en el programa "A Fondo" del periodista español Joaquín Soler Serrano, Sarduy muestra algunas fotos junto a Barthes (aunque también vemos a Sollers, a Kristeva, y a Wahl), y termina diciendo que el realmente solo un discípulo del grupo (Tel Quel).

    Quizá se puedan leer textos como El Placer del texto, El discurso amoroso, o partes de Cámara Lucida, como incursiones retóricas en el mundo de Sarduy: el mundo del placer y del deseo del cuerpo, y de esos gestos neo-barrocos. Creo que por ahí estaría una línea muy productiva de leer a Sarduy en Barthes. Me parece que el dialogismo proviene, en efecto, por una poética del neo-barroco que se inserta en el nuevo discurso del estructuralismo.

    La otra seria el Oriente (las notas sobre China, el libro sobre el Imperio de los Signos y el Japón, y la visualidad). Gustavo Guerrero y Francois Wahl curiosamente organizaron hace poco una exhibición de titulo 'Oriente en Severo Sarduy' (con una magnifica monografía, por cierto), mientras que yo, solo meses antes, escribía una pequeña nota sobre el oriente en el pensamiento de Sarduy.
    Un saludo,

    G

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  4. Genial Rafael!
    Interesantísimo, y yo que pensaba que los franceses adoraban, estudiaban e idolatraban la Chanson de Roland...Sarduy siempre tan perspicaz.

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  5. De acuerdo con Gerardo--revisar los textos de Barthes, en particular, "Fragmentos de un discurso amoroso", "Camara Lucida" y "El placer del texto" como diálogos con las propuestas de Sarduy es un buen punto de partida.... el cuerpo, el amor, el placer y especialmente ese lugar del "otro" que se desea y que siempre es un vacío está también en textos de Sarduy como "Escrito sobre un cuerpo" y "La simulación".
    Suerte! Jossianna

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  6. “Barthes utiliza a Sarduy para interrogar críticamente la tradición literaria francesa”. Permítame estimado Rojas encontrar arriesgada su frase.
    Como dice Eric Marty: “No es contra el mundo que Barthes escoge de hacerse semiólogo, sino contra los “escritores””. Es decir contra una manera de hacer literatura, y no contra la “tradición literaria francesa”. Es una estrategia, violenta, de ruptura y de “conquista del espacio literario”. Un “espacio literario” que le parecía ausentarse del “placer del lenguaje”, hecho “de la misma seda que el placer erótico”. Ese mismo placer que sí encontraba en la escritura que canta y danza de Sarduy. Un placer al cuadrado.

    Sarduy y Barthes reunidos seria hoy, después de tanta calamidad en este “espacio literario”, un buen trabajo para redescubrir “el texto hedonista y al mismo tiempo entonces revolucionario”. Lo que señala Gerardo Muñoz sobre “el mundo del placer” se ajusta en este sentido a la Celestina…o al Celestino antes del alba.
    Un saludo cordial

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