Libros del crepúsculo

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lunes, 1 de febrero de 2010

Una carta de Fuentes a Lezama

Revisando la correspondencia de José Lezama Lima de mediados de los 50, encuentro varias cartas cruzadas con el escritor mexicano, Carlos Fuentes, editadas por el estudioso cubano Iván González Cruz. Fuentes era entonces director de la Revista Mexicana de Literatura y le propone a Lezama un intercambio de anuncios y colaboraciones con Orígenes.
Lezama le envía a Fuentes textos de Lorenzo García Vega y Roberto Fernández Retamar para un dossier de la revista mexicana dedicado al tema “Literatura y sociedad”. Fuentes, por su lado, le promete a Lezama el envío de textos de sus “herméticos amigos”, Juan Rulfo y Juan José Arreola, y de otros escritores más jóvenes como Emmanuel Carballo y Marco Antonio Montes de Oca.
En una carta del 3 de junio de 1956, Fuentes le asegura a Lezama que le enviará esos materiales el día 5 de ese mes, por correo aéreo ¿Llegó Fuentes a enviar las colaboraciones de Arreola y Rulfo a Lezama? ¿Logró convencer a esos amigos suyos, “que secretan sus escritos en un piedro de pecha (es la inversión exacta, cuatlicuesca)”, de que colaboraran Orígenes?
Son preguntas de archivista, de escaso valor para la historia intelectual. En el último número de Orígenes, el 40 de 1956, no apareció Rulfo o Arreola sino el propio Fuentes con el magnífico cuento “El hombre que inventó la pólvora”. La proyectada Revista Hispanoamericana de Literatura nunca surgió y las amistades intelectuales entre México y Cuba pasaron de Orígenes a Casa de las Américas.

2 comentarios:

  1. Gran entrada. Me parece que el que la compartas es sustancial para ti mismo, Rafael, por tu propio natalicio y tu paradero actual. Soy el adjunto de Gonzalo Celorio y hace poco te mandé un correo, mi nombre es Julio Fernández Meza y trabajo "Maitreya" de Sarduy, me gustaría que fueras mi sinodal, mi correo es nentepetl@hotmail.com. El 24 de diciembre pasado te escribí un correo pero no obtuve respuesta (lo escribí a esta dirección: rafael.rojas@cide.edu). En él constataba las lecturas que realicé para la tesis, más de 120, entre las cuales, por supuesto, está "Un banquete canónico".

    Muchas gracias,
    Julio.

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