Libros del crepúsculo

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jueves, 11 de febrero de 2010

Decapitaciones

Son constantes las noticias sobre decapitaciones en México. Especialmente las que practica el cartel “La Familia”, que opera en el estado de Michoacán, aunque con frecuencia sus cadáveres aparecen en otras zonas del país. Cortar cabezas es el tipo de ejecución que ejercen los narcotraficantes sobre rivales o traidores, como ajustes de cuentas o como crímenes ejemplarizantes. El mensaje atemorizador que envían a la población civil y a los gobiernos estatales y federales surte efecto.
La decapitación también ha sido practicada en fechas recientes por el terrorismo islámico. Las imágenes de occidentales decapitados, reproducidas en videos o en canales de la televisión europea o norteamericana, proyectan un mensaje similar. No se trata, únicamente, de matar al enemigo sino de hacerlo por medio de un acto –separar la cabeza del cuerpo- que antropólogos y psicoanalistas ubican dentro de los pánicos ancestrales del subconsciente.
En la antigua Roma, la decapitación era un tipo privilegiado de ejecución, reservado a los ciudadanos del imperio. Tal vez, hoy, los narcotraficantes decapiten a otros narcotraficantes, afirmando la pertenencia de las víctimas al mismo estamento del verdugo. A San Pablo Apóstol, por ejemplo, le cortan la cabeza en el año 67, por órdenes de Nerón, porque antes del camino a Damasco y la conversión al cristianismo era un ciudadano romano, Saulo de nombre. De no haber sido romano, San Pablo habría sido crucificado como Cristo.
La decapitación fue también, desde la antigüedad, un tipo de muerte que garantizaba al verdugo el trofeo de la cabeza de su víctima. Ese es el caso, por ejemplo, de San Juan Bautista, degollado por los hombres de Herodes, a petición de Salomé, y la célebre imagen de la cabeza en la bandeja, como regalo del Rey a la joven danzante. En las decapitaciones del narcotráfico, unas veces los cráneos son escondidos y otras exhibidos.
Cuando la cabeza aparece junto al cadáver, el mensaje de los criminales busca la eficacia mediática más que la preservación de un trofeo. Desde el punto de vista simbólico, sus implicaciones son muy parecidas a las decapitaciones de reyes y “enemigos del pueblo” durante las revoluciones británicas y francesas. Es famosa la exclamación atribuida a Sieyés, durante la votación sobre la suerte de Luis XVI en la Convención, en el verano de 1793: “la mort, sans phrases”. La decapitación era y es un tipo de muerte que silencia cualquier retórica.

9 comentarios:

  1. ¿Cuál es la verdadera intención de este post, denunciar lo que está sucediendo en México, o sumar su voz a la conveniente satanización del "terrorismo islámico"? También se podría escribir sobre la decapitación ético- moral sufrida por ciertos intelectuales como usted.

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  2. Anónimo, la verdadera intención del post es la que está escrita: cuatro o cinco oraciones dedicadas a describir y criticar la violencia del narcotráfico y una alusión a la violencia del terrorismo islámico. Este último tipo de terrorismo, por cierto, no tiene que ser "satanizado", ya que es rechazado por la mayoría del propio mundo islámico. Si usted hubiera hablado de una corriente de satanización de la religión o de la cultura islámica, que en efecto existe en Occidente y que yo no comparto, su crítica tendría más sentido.

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  3. El "terrorismo islámico" es, en esencia, un efecto. Las decapitaciones en México, no son exclusividad del narcotráfico.En Ciudad Juarez, por ejemplo, hay más de mil casos documentados de desaparición forzada, tortura, ejecuciones extrajudiciales y robos cometidos por elementos del Ejército y de las fuerzas federales. Es más fácil para ud. aludir los efectos en lugar de las causas, haciendo énfasis en las reacciones y no en las acciones. Existe una metáfora de la decapitación que es más criminal y sostenida que a la que ud. se refiere en este post.

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  4. Los efectos son tan reales como las causas, así como las reacciones pueden ser tan violentas como las acciones. Ciudad Juárez se ha convertido en un centro de violencia múltiple, con fenómenos de feminicidio, bandas, abusos policiales y, también, narcotráfico. Las causas, como ha estudiado Sergio González Rogríguez en su libro "Huesos en el desierto", son también múltiples, desde las estructurales (pobreza, insalubridad, ineducación, inseguridad, pérdida de espacios públicos, asimetría con Estados Unidos...) hasta las culturales (machismo, intolerancia, autoritarismo, racismo, odio al otro...) La práctica específica de la decapitación ha sido especialmente frecuente en el narcotráfico y en el cartel "La Familia", en Michoacán, a la que se refiere el post. No hablo de la decapitación como "metáfora" sino de la decapitación como realidad, como tipo específico de aniquilación del otro.

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  5. Por supuesto que los "efectos son tan reales como las causas"; sin embargo, de un intelectual honesto y riguroso se espera un análisis que contribuya a la identificación y explicación de los gérmenes, como diagnóstico capaz de estimular las conciencias. Muy poco valor intelectual tiene el coqueteo superfluo con la realidad; esto impide la búsqueda eficaz de soluciones mientras contribuye - a su vez- al desatino y, en gran medida, a la prolongación y agudización de los problemas. Desafortunadamente, vivimos tiempos donde la realidad más desgarradora y vergonzante... esa cotidianeidad ostensible, es convertida -convenientemente- en metáfora para, en su lugar, poner en primera plana la secuela, lo secundario derivado, la subjetividad estrecha y a tono con el poder establecido.

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  6. hola me encanta su pelucula completa es es perfecto me encanta de verdad es emocionante y solo quiero decir algo: no saquen ningun personaje de la pelicula todos actuan fino de pana si sacan a alguno se pone chimbo

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  7. Oye anónimo afloja, eso del "coqueteo superfluo con la realidad" suena a realismo socialista de la epoca del pan duro y negro y el obrero y la koljosiana. Relájate compadre.

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  8. El Presidente Calderón (ahora) parece -al menos públicamente- querer combatir las "decapitaciones" en Ciudad Juárez, a través de un plan social que va a la raíz del asunto: "inversión en sanidad, educación y ayuda sociales equivalente a 200 millones de euros". Usted debe aprender a enunciar las causas cuando escribe sobre algún tema, antes de sentenciar y "silenciar retóricas".

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