La democracia en 30 lecciones (Taurus, 2009) de Sartori es una excelente introducción a la teoría de la democracia. De Aristóteles a Tocqueville, de Marx a Shumpeter, de Locke a Hayek la democracia ha sido pensada de múltiples formas. Unos la han identificado con el concepto de igualdad, otros con el de libertad. Unos la han asociado a la participación, otros al pluralismo. Sartori recorre las diversas maneras de comprensión de la democracia, desde la antigüedad hasta el postmodernismo, y hace distinciones pertinentes, que chocan con la fuerte tendencia a la simplificación intelectual de la política.
Las distinciones de Sartori cuestionan clichés de izquierda y derecha: "participación" es un concepto republicano, no únicamente “socialista”; socialismo no es sinónimo de comunismo; la democracia electoral no es toda la democracia, pero sin elecciones competidas no hay democracia; no existe uno sino varios tipos de regímenes no democráticos, desde el autoritarismo más flexible hasta el totalitarismo más rígido; multiculturalismo no es pluralismo; sí existe un choque de civilizaciones entre Occidente y el Islam; el mercado y los medios poseen elementos autoritarios; la democracia sí es exportable; la democracia está en peligro.
Las múltiples direcciones en que Sartori dirige su crítica abren la interrogante sobre dónde está parado el filósofo florentino. La periodista Lorenza Foschini le estampa la pregunta: “pero profesor, usted es de derechas o de izquierdas”. “Buena pregunta -sonríe Sartori-, yo también estoy tratando de averiguarlo desde hace mucho tiempo, pero todavía no lo logro”. A diferencia de Bobbio, Sartori piensa que ambos términos están en crisis desde que la “derecha” comenzó a ser equivocadamente identificada con el liberalismo y, sobre todo, desde que buena parte de la izquierda abandonó el marxismo:
“Una izquierda que carece ya del anclaje del marxismo puede ser una izquierda que nos haga echarlo de menos. Por erróneo que fuese, el marxismo era en todo caso un instrumental doctrinario de respeto. Contra el marxismo se podía discutir, contra la nada o contra la hipocresía se discute malamente”.
Grande Sartori!! que sería del mundo sin los italianos y sin el país más bello del planeta? Pues yo pienso que Sartori sería, como dicen los italianos, de la perfecta "izquierda reaccionaria".
ResponderEliminarNo he leído el libro pero me gustaría saber por qué dice Sartori que "socialismo no es sinónimo de comunismo". En Cuba por ejemplo sí lo es.
ResponderEliminarIsa L.
Sartori recuerda que desde las últimas décadas del siglo XIX se formaron partidos socialdemócratas en Europa y que esa corriente fue llamada "socialista" desde entonces, a pesar de las constantes polémicas de Marx y los marxistas con Lasalle o Bernstein. También recuerda que Lenin perteneció a un partido que se autodenominaba "socialdemócrata", antes de la creación de la corriente bolchevique. Lo que sostiene Sartori es que con el nacimiento del comunismo ruso se consolida una escisión en la izquierda marxista, entre el ala comunista y el ala socialdemócrata, y que ésta última defiende una idea de "socialismo" diferente a la comunista. El socialismo cubano, como sabemos, es un comunismo, no una socialdemocracia. Es bastante sintomático, sin embargo, que los comunistas cubanos prefieran llamarse "socialistas". Yo también me pregunto por qué.
ResponderEliminarIncluso los radicales italianos han dado muestras de ese "saber hacer filosófico" del que hablas. Un caso es Negri (del que me quedo con "La anomalía salvaje" y tiro por la ventana toda su "letanía salvaje" del Imperio, Multitud, etc). Por la vía de Agamben, la teoría italiana ha abierto un camino interesante en el pensamiento radical, como es el caso de Tiqqun y del Partido Imagnario. A sus libros -"Teoría del Bloom" o "Introducción a la guerra civil"- no les falta ni consistencia ni vuelo ensayista. Son como unos re-situacionistas o algo así. Creo que la pregunta que debe hacerse tiene que ir dirigida a la capacidad de diagnóstico de cada presente. El diagnóstico de un neoconservador, como Daniel Bell por ejemplo, era útil, a principios de los 80. Como el diagnóstico de un Agamben o estos de Tiqqun, me parece que es útil para estos tiempos. Lo que es de izquierdas o derechas es la medicina que aplicas al diagnóstico. Te dejo con una pregunta: ¿Es China -y las relaciones que la rondan- de derechas o de izquierdas?
ResponderEliminarMenuda pregunta, Iván. China, Rusia, la India, Brasil son potencias emergentes del siglo XXI que están cambiando más de una idea sobre la economía, la política y la ideología, acuñada en el siglo XX. No me extrañaría que en esos escenarios nuevos se alteraran con más fuerza las nociones binarias de derecha e izquierda que se construyeron durante la Guerra Fría. En ninguno de esos países la izquierda está divorciada del capitalismo y en algunos de ellos la derecha propone un Estado fuerte. Para complicar más las cosas, tanto en China como en Rusia, hay una derecha postcomunista que se apropia del legado estalinista y maoísta, obligando a la izquierda a acercarse al liberalismo occidental. Se producen entonces las paradojas de una derecha neocomunista y de una izquierda neoliberal.
ResponderEliminarA mi me presentaron que Sartori es de derecha extrema y yo puedo creer que si. Pero igual veo que varios hablan bien de el y no son de la derecha. Tengo dudas sobre Sartori. Mi pregunta es donde puedo leer sobre eso algo bueno que me informe
ResponderEliminarLas nociónes de 'izquierda" y "derecha" se han vuelto confusas e irrelevantes. Como señala Rafael, el binarismo de la Guerra Fría cada día se hace cada vez más inoperante. Además de las combinaciones señaladas por Rafael, tenemos otas como derechas comunistas que apoyan políticas neoliberales e izquierdas antiliberales que apoyan el fundamentalismo islámico. Las posibles combinatorias son bastante diversas.
ResponderEliminarDe otra parte, desde el punto de vista de la teorización de Marx decir que Cuba o China es un Estado comunista es un sin sentido. Para Marx, el comunismo era la sociedad sin clases y sin Estado. El comunsimo era el fin de la Historia, el paso del reino de la necesidad al reino de la libertad. En Cuba, según ha afirmado Fidel Castro, el comunismo es lo que el Partido Comunista diga que es.
Sartori no es de derecha extrema, vaya estupidez. Sartori es un liberal apoyador del welfare. Es contrario al islamismo por la sociedad abierta.
ResponderEliminarCoincido con CPabón y, desde luego, con Rafael. Etiquetas "confusas e irrelevantes", no queda mucho más que comentar luego de esa atinada caracterización.
ResponderEliminarLo cierto es que para algunos sectores ideológicos, particularmente aquellos herederos y remanentes de los movimientos de los años '60 y '70, la preservación de estas nociones es producto de su rechazo —una suerte de estado emocional de negación— a las transformaciones en el mundo, particularmente después del 9 de noviembre de 1989.
Los principios democráticos, particularmente aquellos que emanan de la libertad de expresión y de asociación de los individuos, dejaron de ser meros ideales burgueses, para ser reconocidos como principios esenciales para la humanidad en su conjunto, o si se quiere, para los habitantes de este punto en el cosmos.
En pleno siglo 21, más que de preservar etiquetas, de lo que se trata es de identificar las políticas y los prinicipios que propicien, no sólo la atención de las necesidades aún insatisfechas de amplios sectores de la humanidad, sino el desarrollo de las libertades democráticas.
Ello no es el fin de la historia. Es, en todo caso, la redifinición de las luchas de la humanidad a partir de nuevos problemas que ya no se pueden observar como fenómenos aislados, sino como eventos que afectan al planeta en su conjunto.
Gracias Rafael por propiciar este diálogo.
democrata estupido, como no va a saber no es ni derecha ni de izquierda ambas son posturas politicas de la superestructura, en dado caso esta a favor del orden establecido...
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