Cuando en México se habla de “exilio” casi siempre se alude a los republicanos españoles que recibieron asilo durante el sexenio del general Lázaro Cárdenas (1934-1940). La noble tradición diplomática del asilo, en México, sin embargo, no comenzó ni terminó con Cárdenas. Han sido muchos los hispanoamericanos que desde el siglo XIX han encontrado refugio en México, cuando en sus propios países son tratados como extranjeros.
Tampoco el único exilio que registra la historia de España es el de los republicanos que huyeron de la dictadura de Francisco Franco. Desde 1492 hasta 1975 el exilio fue una constante de la historia española. Lo demuestra el historiador británico Henry Kamen, en su libro The Desinherited. Exile and the Making of Spanish Culture (2007), vertido al castellano por Aguilar. Kamen es uno de esos historiadores británicos que, como Hugh Thomas o Ian Gibson, el biógrafo de Lorca y Dalí, ha dedicado su vida al estudio del pasado español. Antes de esta monumental historia del exilio hispánico, Kamen estudió el reinado de Felipe II, el gran imperio donde “no se ponía el sol” y la Inquisición.
Kamen relata el drama de todos los exilios españoles: desde los judíos de la Baja Edad Media hasta la peregrinación de Manuel Azaña, el presidente de la última República. Llama la atención, sin embargo, que en el capítulo “Hispanic Identity and the Permanence of Exile” desarrolle ampliamente, como parte de la historia de España, el caso de Puerto Rico y los exiliados separatistas de esa isla a fines del siglo XIX. El personaje de ese capítulo es Eugenio María de Hostos y no José Martí
¿Por qué? Tal vez porque Kamen, equivocadamente, aplica un enfoque teleológico, similar al del personaje que, en famoso drama, se despedía de su amada con el parlamento de “adiós vida mía, me voy a la guerra de los treinta años”.Probablemente Kamen imagina la historia de Puerto Rico como más española que la cubana porque en la isla pequeña no se produjo una guerra separatista a fines del siglo XIX. La idea, por supuesto, es falsa, pero se agradece que, por una vez, Puerto Rico sea más importante que Cuba en una investigación histórica que repasa el devenir del Caribe hispánico.
Rafa, muy de acuerdo con eso último. Si bien dentro de otros órdenes, creo que aquella escena del filme "El Super", donde un boricua rebate la noción de que lo único importante es el drama (o la memoria) de Cuba, podría ser una muy buena ilustración de los alcances del tema.
ResponderEliminarEmilio García Montiel
No entiendo cómo se puede agradecer algo a partir de una idea falsa.
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